Vivimos en un momento en el que el agua es un bien esencial y escaso es una cuestión indiscutible. El acceso al agua potable a través de nuevas tecnologías es un objetivo prioritario y básico para el ser humano. Aunque nuestro planeta tenga un aspecto tan azulado desde el cielo, el agua dulce significa únicamente al 0,01% del líquido elemento total presente en el planeta, lo cual nos debe hacer pensar sobre la necesidad de cuidar este recurso. Cuestiones como las condiciones climáticas cambiantes o el uso indiscriminado y contaminante, han derivado en una fuerte demanda de tecnología innovadora de bombas para plantas desalinizadoras, una solución a la sequía y la alta demanda que va en ascenso.
Las bombas adecuadas para plantas desalinizadoras son capaces de funcionar en condiciones difíciles, a veces extremas, por lo que una de sus primeras cualidades es la de que sean altamente robustas y duraderas, ya que es necesario que estén en funcionamiento las 24 horas del día durante todo el año. A ello debemos añadir cualidades como su durabilidad y resistencia a la corrosión del agua de mar, la sal y el viento, elementos siempre permanentes y agresivos en su entorno, que las llevan al límite. El gasto de energía es otra cuestión que deben salvaguardar estas plantas a través de la eficiencia, un factor exigible por completo a dichos mecanismos.
Estas bombas tienen como misión última la desalinización, es decir, la extracción de sal y otros componentes minerales del agua de mar de cara a convertirla en agua potable que pueda usar el ser humano para su consumo, en las labores de regadío, en las necesidades de la industria y en otras diversas aplicaciones. Esta tecnología de bombas se usa no solo en tierra sino también en alta mar mediante submarinos, portacontenedores, etc… por lo que deben ser muy versátiles en su trabajo. La calidad del agua que se obtiene en las plantas de desalinización tiene altas cualidades como su limpieza, pureza y seguridad para el consumo, lo que da mayor importancia a la calidad tecnológica cada vez superior de las bombas que la manipulan.
Los métodos de desalinización más extendidos son la destilación y la ósmosis inversa. En ambas, las bombas juegan un papel crucial. Las bombas de desplazamiento positivo son usadas en plantas desalinizadoras con una capacidad de hasta 150.000 gpd. En cambio, las bombas centrífugas son ideales para plantas con mayor capacidad de flujo por su eficiencia y bajo costo de mantenimiento.
Deja una respuesta